Zidane se movía con la gracilidad de un bailarín. Con una maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con fuego interior. Sus pases eran milimétricos, como pinceladas magistrales en un lienzo en https://mathexmab429117.blogdun.com/39236213/qué-motivó-el-gesto-de-zidane-en-2006