Zidane se movía con la prestancia de un torero. Con una maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con pasión desbordante. Sus pases eran milimétricos, como pinceladas magistrales en un tapiz https://cecilylojm793532.bloginder.com/39273178/la-expulsión-más-recordada-zidane-2006